El cierre de la segunda jornada de la Cumbre Federal de Bioeconomía tuvo como protagonista a Guy Henry, representante del Centre de Coopération Internationale en Recherche Agronomique pour le Développement (CIRAD) de Francia, y uno de los pioneros de la bioeconomía en América Latina y el Caribe, al punto que fue quien coordinó el primer taller sobre el tema que se realizó en la Argentina en 2008. 

Henry instó a definir los senderos que cada región pretende recorrer en su avance hacia un modelo bioeconómico, recordando que esos procesos se construyen necesariamente en el territorio, e ilustró las experiencias de los países europeos, donde “la bioeconomía se ha ido adaptando a la realidad de cada país, a la especificidad de cada región, aun de cada ciudad”.  

El experto francés trazó un panorama global de los desafíos de la economía circular pero se detuvo también en el análisis de la coyuntura actual, atravesada por la guerra, con los precios de la energía y los alimentos en alza y la irrupción de nuevos dilemas, como las restricciones a la producción de biocombustibles a partir de cultivos. “Todos estos cambios aceleran la transición hacia la bioeconomía. Y países como la Argentina deben saber cómo posicionarse en este escenario, qué acciones e instrumentos serán los que aseguren consistencia a largo plazo a la implementación de senderos bioeconómicos en sus territorios”.